lunes, 17 de septiembre de 2012

A una galaxia de distancia.




En realidad, a veces me percato de que soy un producto imaginario de un ser cósmico del otro lado de  la galaxia. 

No por ello irreal, pero si un sustrato de ese ser.

Creo que vive por la ruta a nueva Atenosis, en uno de esos asteroides remodelados que arregla la compañía de Asteroides coloniales Nonmante.

En esos asteroides la verdad no hay mucho que hacer, en realidad son una especie de Infonavit intergaláctico que invita a sus residentes a buscar el alivio del viaje espacial.

Puede que algo tan surreal para nosotros como es el recorrer las miles de lunas como parte del plan turístico de las estrellas de la constelación del gran Pract-Noc (criatura de las mitologías primigenias de estos seres), sea el equivalente a salir a dar la vuelta por el lago de algún bosque o parque.

Al ser en la orilla del cosmos, sin duda tiene la oportunidad de ver una danza del universo distinta, por un lado a los soles nacer y morir tan solo de un viaje en nave espacia a través de uno o dos agujeros de gusano y tener el tiempo de tomar la nave de vuelta para llegar a cenar a su hogar en el asteroide.

Una Nebulosa Protosolar debería de serle tan común, como la luz del sol para cualquiera de nosotros.

Y sin embargo, éste ser tiene el tiempo, la energía, o tan siquiera la distracción para imaginar a un ser que no es en verdad él mismo, pero si le recordaba a alguna ensoñación.

Puede que tenga algún equivalente al papel o las computadoras y que de pronto en una noche de baja ensoñación, empiece por preguntarse sobre sí mismo, a dudar si en realidad es o no alguna clase de producto imaginario de un ser cósmico del otro lado de la galaxia…

-Natanael-

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