martes, 3 de julio de 2012

° Viaje a Chiapas °


Y al tornar los ojos atrás, sentí el sol brillante de la selva, el sonido de los ríos, montañas que suspiraban al seguir creciendo de entre templos y ruinas. Las voces grabadas en roca.

Hoja de jade, llévame de vuelta a casa, que los vientos sean presagio de las palabras de Ventura y Sía, que encuentre el camino entre tanto caos urbano.

1°/2° Día(s)

La noche marca la partida, las doce en los relojes dicen que es tiempo de viajar, aventurarse lejos cuando el sol se esconde en su inframundo.

Pero es tiempo de viaje, y la salida apremia mientras nos alejamos de una urbanidad hasta una metrópoli incandescente, partida en horas, tiempo alzando el vuelo en monturas de dragón, olvidando cacofonías de una ciudad de concreto y arena.

Y el aroma a selva llegaba, tierra húmeda, lluvias imponentes.



Hacia las montañas, a los pueblos en lo altos de la selva, un recuerdo de hogar que me es conocido, ser olvidado al mundo que se jacta de su avance y abandonarme a los colores impresionantes en nubes, montañas, cerros y bosques.



Sonidos venidos de todos lados en mercados, el recuerdo se torna de color, desempolvada la mente para mantener el paso.

Bossa Samba antes de partir al sueño.



3° Día

Los ojos se impresionan, se encuentran con reflejos de luzen tierras añoradas. De cientos de aromas, cafés, arboles, mercados, chocolates, huaraches.

Arribo de muchos otros que añoraban la tierra y al poblado, rostros de gran diversidad de facciones y colores. 

Y la Ceiba crece hacia el cielo, jardines ocultos con aromas exóticos;  a lo largo de calles pueden verse los montes elevarse, vertiendo su aire puro en cada ser que siga sus pies.

Las sombras tornan las luces en un brillo más esplendoroso, parece otra especie de día, una noche cálida entre miradas.

Café para la mente, té para el espíritu.

4° Día

Las tierras altas se apartan y alejan, ahora hacia antiguas rocas en la profunda selva.

Torrentes implacables, cascadas que hacen ver grifos como solo un control insignificante. Que en gracia de La caída del agua trae brisa acuática al alma y siga el camino hacia tierras aún más cálidas.

Tormentas y bastiones, ruinas exhalando vapores de cal húmeda. La herencia dada por los señores de Bakal-Ham.

La perdida material no es importante, la selva lo es, ver más allá del físico  y visualiza la emoción más real, verdadera no ante la vista, pero sí ante los ojos.




Son tiempos interesantes.

5° Día

Es en lo profundo de la selva donde laten las piedras verdes, llaman y hay que ir a ellas desde los ríos.

Y es maravillarse ante la fusión de la antigua memoria y la nueva vida, selva y templo en uno, verdaderos arboles, inmensos a la vista y gratos al corazón. Juntos en armonía por centurias.

Pues aquel cerro que se alza lleno de verdes brillantes, es también hogar de espíritus que cuentan su historia en roca, sus costados aún son la memoria de su entierro y hoy despiertan los Muros Pintados de nuevo.

Hoy la noche es rio, insectos, animales, el aroma vivo al cerrar los ojos en la selva lacandona.


6° Día

La Selva lacandona, mí amada selva.

Vida en jade, da un sitio a mi ser dentro de tus ríos, ceibas, jaguares, aves y tierras. 

Que recupere el reflejo, que al verme de nuevo, sepa que estás por siempre dentro.

Es una noche larga, pues el camino nos lleva de nuevo a lasmontañas, que el tiempo no siga, que el avance sea lento y no nos hielen los vientos y lluvias, que haya hogar de vuelta en el Lugar donde nace el agua.

7° Día


Dentro de las fauces de la tierra se encuentran ciudades minerales. La imaginación se da rienda suelta entre las luces y las sombras de la roca sedimentada que cae en gota/estalactita y la estalagmita se eleva hacia su madre.
 
A la noche, sonidos étnicos, gitanos y cánticos crean ambientes revolucionarios para así llegar  a la hora onírica antes del alba.

8° Día

Hoy visitamos la casa de piedra, y el señor jaguar murciélago nos recibió, dejándonos entrar a sus templos.

Hacia adentro, al Palacio del Inframundo, que refleja los esqueletos de los vivos, al salir vimos los cuatro soles y al seguir ascendiendo  vimos las fauces del monstruo de la tierra sonriendo. 

El camino siguió hasta el Templo del espejo humeante y finalmente la cúspide que fuera el punto más alto de todos, más alto que el templo sol/agua de los creadores de dioses… solo arriba de ese sitio está elcielo.


9° Día

Noveno día para la tierra y sus crecientes formas. 

Lagunas azules y brillantes que viven de la misma fuente.

Y rumbo a la selva ligera, el sonido del caer del agua en tantas cascadas van guiando los pasos, arriba y hacia adelante. 

El agua resplandecía al sol, la brisa llegaba a todo el valle y daba forma con sus senderos a caminos para llegar hasta esa corona acuosa y sus arcoíris efímeros. No hay otro sonido que no sea la caída y toda su fuerza, caída hacia el suelo, a la tierra, a las rocas, sobre el cuerpo, en la frente, brazos, ojos.

10° Día

Más allá del pueblo donde Nace el agua, en lo alto se encuentran otros pueblos llenos de misticismo y colores. 

Que el pueblo de los Hombres Murciélago nos hable del maíz, del universo en códices textiles, de los rubros del universo.


Que sea en el extraño templo de los Chamula en donde lo sagrado sea tan ajeno a este mundo que dote de misticismo las memorias.

Y esa noche deseé tiempos interesantes y que en suerte y azar cayera lo inevitable, que la Vox Urbana cantara el hexentanz y que de lejanas tierras surgiera tan añorada y onírica figura que en laureles extraños y selváticos dejara caer la hora de las brujas.

11/12° Día

El último amanecer en este sitio que me motiva y emociona, que logra hacer que la raíz primitiva se sienta fresca y viva y me haga recordarle y sentirle como un hogar sagrado.

Duele el alejarse, más al verla quedándose atrás en las altas montañas sin saber cuándo volveré a verla o sentirla. 

Y mientras la nostalgia se asienta, veo una ciudad española erigida en ladrillos, torres de tiempo, arcos artísticos y la última Ceiba que veré en un tiempo. 

Un templo en ruinas acrecienta la sensación y a las horas hay que retornar, montar vuelo y viajar lejos nuevamente, ahora hacia la tierra de cantera, aquel sitio al que llamo casa.



Hoja al viento, hoja de jade; alma de la selva y roca de dioses, que fluya, viva el rio/sangre/tierra de tu existencia en mis venas.

Sea en mis sueños que te vuelva a ver, que seas grandiosa, viva, verde, oscura, azul, brillante, blanca, amarilla en tu atardecer.

Tus días lejanos sean mis noches oníricas, volveré algún día.

- Nathaniel -