martes, 31 de diciembre de 2013

Ensueño # 7


La antigua visión del señor de Invierno:
"Háblale a los lobos sobre el alma de la luz de la luna, 
cuéntales que esta noche vuelve a fallecer."

Hay un nuevo tiempo, el antiguo árbol está muerto y sus ramas arden en fuego / Inspiración.

Maquinaria / Sueños de vapor, vibrantes sonidos de las profundidades; revienta la armonía, el absorber los sentidos y que quede un pequeño momento antes de la partida.

¿Se ha ido mi máquina del tiempo? Quizás, debo ver más allá de eso, sin dimensiones aprisionándome, sin mis ojos de madera.



Que mi mente diabólica de niño consiga lo que necesita, deseo beber de las raíces ocultas en una caverna perdida / Tierra olvidada.



¿Es el momento?



Tal vez, no lo sé, y ahora poco importa; quiero sentir mi cabeza libre, mi mente volar, mi cerebro explota, mi alma se tele-transporta y abandona la cuerda tambaleante.


Aplastar el pasado, la basura de los más antiguos de los señores de esta tierra, tanto que ver, Micromegas se asoma a ésta galaxia expectante.


Renace / Recalíbrate



Séptimo tiempo, un solo giro, el péndulo comienza ahora a moverse.



P.D.



¡¡Gracias por este tiempo a quienes han pasado a visitar  ^^!!



jueves, 12 de septiembre de 2013

Corto 4

El sonido de la maquinaria era normal, no había alguna muestra de modificación o que hubiese sido alterada de algún modo.

Pero eso era solo la máquina , el cuerpo metálico.

Algo extraño sucedía en el exterior. No eran las piezas, no eran los mecanismos. Ni siquiera era mí cansancio el que me confundía.

El reloj caminaba hacia atrás.

domingo, 25 de agosto de 2013

Corto 3

Como si fuera un laberinto en espiral, descendente tal vez, al pensamiento ancestral, ascendente, tal vez, llevándome lejos a otro lugar.

Donde las marismas del tiempo y el espacio se desvanecen y se funden, un ritmo que degrada las dimensiones de la realidad.

jueves, 22 de agosto de 2013

Corto 2

Y mientras el resplandor de la noche se filtra por la ventana, la sensación arrebatadora del sueño me arrastra hacia ondas delta.

Veo al fondo un reflejo, no es cristal o espejo y sonríe mientras me alejo.

Entre-cierro los ojos y atravieso el cielo expectante.

domingo, 18 de agosto de 2013

Corto

Es la noche y sus entrañas, es el momento eclipsado en tinieblas mientras los truenos reptan por la oscuridad del firmamento.

domingo, 11 de agosto de 2013

viernes, 9 de agosto de 2013

Stargazer

Stargazer: Una sátira rock, Libro IStargazer: Una sátira rock, Libro I by Ricardo Jasso Moedano
My rating: 5 of 5 stars

Cuando leí este libro hace un par de años, leí lo que muchos Heavys sienten y viven , la vida con la música de fondo que sentimos , las rolas o las letras que vienen a la mente en nuestro diario caminar y las bandas que tanto nos han acompañado, una novela increíble ( Es Mexicano chingao!!).

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sábado, 27 de julio de 2013

Try

A veces, usar un modelo más "moderno" para comunicarme me cuesta. Recuerdo cuando empecé a usar blog y mi emoción de tener un espacio para escribir se veía un poco frenado por no acostumbrar el publicar constantemente.
Ahora quisiera darle una oportunidad a otro aparato , más para hacer nota de esos pensamientos ligeros y dejar los textos más longevos para la máquina. 
Acordame más veces que soy Natanael.

martes, 11 de junio de 2013

Mi Steam-Cannabis

De miradas perdidas en el horizonte, una vuelve y se vuelca en el matiz del paisaje. Dentro del muy variado y

maquillado horizonte, se incluyen tonos delirantes entre los que destacan los púrpuras, verdes y azules kamikaze.

Recuerdo este sueño, es el que tuve alguna vez cuando era pequeño, pero me dijeron que no podía todo ser color verde intenso y le puse otros colores para que creyeran que estaba cuerdo.

Y creo que estoy cuerdo, solo que no concuerdo a la hora de ver los tonos que me devuelve la mirada en el entramado alejado de la pupila y que se reflejan con tanta confusión junto con los sonidos y los movimientos.

Pero primero vayamos a cómo es el horizonte.

Recuerdo bien como entraba  la luz por la pupila, esa cosa que se pegaba en el cerebro, se desbordaba por transducción a las neuronas y se revolcaba en pedazos en los hemisferios. A veces el cuerpo calloso interviene y le da algún nuevo matiz, sustituye uno que otro engaño con tonos más veraces y cuando hago esto de recordar, me vienen a la mente esos delirios fugaces.

Arrancando unos cuantos trozos de tierra, los pego en el cielo para darle algo de tridimensionalidad, para que haya algo más que tocar con la mirada, e igual, arranco del cielo algunos cuantos gramos y se los aviento al agua, como si fuera limonada y la agito para que el oleaje haga sombras y más formas.

Respirando mi Steam-Cannabis, sueño que me veo en sueños, preguntándome lo que es etéreo, destilando lo real del onírico pensamiento.

No es que el mundo sea bárbaro y violento, solo diluyo la supuesta verdad en un líquido ámbar con tonos de anís y ajenjo, el cual dejo en una olla hirviendo mientras me suelto a los pensamientos en un desván viejo.

Siento que esas ideas son algo inciertas y volátiles; que no es que sea verde o amarillo, solo que es violeta confundido en un prisma sin brillo.

Son ilusiones que crean los que han perdido el sueño y vagan en un mundo de sombras, limbo de los atestados por sus pesares, temerosos al acecho en sus reales pesadillas.


Repongo la caldera y pongo algo más de ámbar, por un momento creí ver un atisbo de terror asomándose por la ventana, pero era de esperarse que entre sueño y sueño se pierda un poco el efecto.

Ahora solo es que me diluya en pensamientos de coloraciones parpadeantes que, danzando, brincan del suelo y se desmayan en el firmamento.

sábado, 6 de abril de 2013

Existe otro reloj.



Qué es un reloj, sino un vago recuerdo de lo que se llama pasado, una ligera ilusión del supuesto futuro y un peso metálico del presente, lo único real.

Hay más de una de estas maquinarias de ilusión y cada una posee cualidades distintas.

Tengo un reloj, lo suelo usar para saber a qué hora tengo que hacer las cosas. Su carátula sin números me suele acompañar durante mis viajes diarios, en una especie de cotidianidad, un diario caminar entre asfalto, grava y acera en la ciudad.

Dentro de esa caja plateada se encuentran las horas repartidas a éste mundo, al aspecto que se llama normal. Cada giro en sus oscuras manecillas, cada dígito en su calendario me indican las actividades, el tiempo que me resta, el tiempo que aparenta existir.

Suelo usar otro cuando viajo. No un tanto a ciudades, sino a eventos, a portales a través de los que accedo a una confluencia completamente distinta. Una armonía entre la cacofónica normalidad.
Pero hay otro reloj…

No es del tipo con correas y hebillas como los otros, ni suelo cargarlo, llevarlo a viajes o incluirlo en la cotidianeidad.  Su caja es negra,  con los doce marcados en romano. Al centro de su tapa también tiene un pequeño ojo, una ventana a su interior que permite ver las manecillas señalando.
La parte de atrás también tiene su ventana hacia el interior, muestra el metálico corazón girando, desenrollándose y teniendo un ritmo propio.

Sus horas cuentan una historia distinta a los otros. Cuentan la historia secreta, ocultos deseos de la mente, añoranzas en las horas taciturnas, destellos de una ficción que rivaliza con la realidad.
Abrir la tapadura y verlo trabajar, verlo vivir en mecánica instancia me lleva a un destino distinto, un desliz de la realidad en algo más que éste suelo, éste aire, éste sitio.

Es diferente pensar en el tiempo que hay para hacer las cosas que se tienen que hacer, al tiempo que uso para hacer cosas.

Unos cuantos giros sobre la maquinaria, dejar que el muelle gire y le dé vida al péndulo que a su vez, en maravillosa armonía, gira los engranajes y hacer que el segundero dance alrededor, acariciando las horas, mientras que el minutero lleva el vals mayor.

Tiempo en la ficción, visión de un mundo interior, extrapolado a tics y tacs, destinado a girar en efímera dimensión que nuestra imaginación nos hace creer real.

Son robados unos cuantos giros para mí mismo, durante la noche y la madrugada en la actividad, tomando del cansancio unos cuantos sueños y vertiéndolos en notas, hojas o libretas mientras las brujas siguen afuera brillando en las montañas.

Porque el tiempo y las letras son una abstracción, medios en que se crea la realidad; entre lo que es, cómo sería o lo que podría ser, la redacción de la idea y el supuesto lapso en que esa idea transcurre o lo vieja que es.

Las letras se oxiden si pasan demasiado dentro de un cajón, el tiempo se olvida cuando se está dentro de la abstracción.

Una idea perdura y logra romper la prisión del tiempo, toma su época, forja su esencia y se deslinda de su supuesta fecha.

Cronos despierta sumergido en una bañera de tinta y danzante invoca a otras criaturas sempiternas en el espacio en blanco que ha dejado una Supernova.