Leía en ese entonces el periódico.
Una noticia tras otra, las hojas solo se iban acumulando, nada importante, yo solo seguía juntando papel para hacer una escultura, no es que fuera realmente un lector ávido de esos grandes tabloides.
Como todos, caí en el morbo de hechar un ojo a la nota roja, o amarilla, no se bien que color llamarle, pongamos que era naranja.
Muerte por aquí, muerte por allá, un par de robos y algo más casi al final.
Cuando cerré el periódico, lo ví.
No parecía un robo o una muerte normal, sino una especie de broma.
Una muy extraña.
La nota rezaba algo así:
"Macabro descubrimiento fue el que hizo la Fiscalía Regional de Justicia de Tijuana al encontrar a un joven arrendatario a medio aplastar por lo que da todos los indicios de ser un ascensor automático, los detalles de este acontecimiento fueron narrados por algunos de los testigos que afirman haber visto el incidente.
El hecho se suscitó durante la noche del sábado, cuando el ahora occiso llegó a su estudió a revisar unos documentos y otros textos. Tras lo que describen los testigos, hubo un tremendo ruido que despertó a todos los vecinos quienes, al preveer lo peor, acudieron de inmediato a auxiliar al domicilio mientras otros notificaban a las autoridades.
Tras intentos fallidos de abrir el gran portón o entrar al estudio, los testigos afirman haber escuchado un nuevo ruido que parecia de algún gran objeto metálico estrellándose en el interior.
Momentos después, los oficiales de Seguridad Pública llegaron y resguardaron la escena mientras los Peritos llegaban a su vez para realizar las diligencias de la Ley. Fue así que con trajes forenses puestos, los especialiestas excavaron en el interior y confirmaron las creencias de todos, el dueño del inmueble había muerto.
El cadaver fue hayado bajo lo que puede notificarse como un gran ascensor, lejos de todo edificio o rascacielos y que, por alguna razón ajena y desconocida, había surgido de la nada y aplastando al individuo señalado como "H" hacia el techo. En sus manos aún sostenía con fuerza un libro de novelas Western y su rostro desfigurado miraba aún con horror hacia la entrada del elevador.
Fuentes del Ministerio no dudan de que haya visto al atacante antes de caer victiman del elevadoricidio al que se enfrentaba.
Uno de los testigos, una pequeña de cabello rojizo agarrado en una gran coleta nos comentó que ella no vió nada raro en los dias anteriores, solo había visitado ese lugar por unos días para un pequeño encargo junto con su amigo Igor, que le sorprendía mucho todo el suceso y lo describía de ser un motivo un tanto original"
Tras leer la nota y saltarme los pormenores, supuse que podría ser una mala broma, por lo que solamente tomé la hoja y la adherí con engrudo a la escultura, la foto del sujeto siendo aplastado por el elevador quedó boca abajo.
