Hay días en los que busco una pizca de inspiración… hoy fue uno de esos en los que por un momento olvidé que no se compra, se renta o se encuentra tras encender el monitor y navegar de nuevo en la red.
Supongo que es la noche, el día o el clima, caray y aún sigue lloviendo ahí afuera.
Un momento de cerrar los ojos sintiendo esto.
La he llamado de tantos modos, pero sigue siendo esta la única entrada, el cerrar los ojos y ver en la profundidad, primero oscuridad, y después con colores robados de algún mundo empiezo a dibujar un camino, necesito lozas que pisar aunque no sean de color amarillo y seguir un sendero mientras sigo.
Se tuerce y parece un sueño, aparecen los seres de la noche de nuevo, invitándome a esa delicia de alucinación taciturna.
Hoy daba tanto de mi por esa inspiración, y ahora de noche la encuentro en la forma más simple que tengo, solo necesitaba acumular un túmulo de deseos y mezclarlos en este vertedero, mi propia olla de los deseos, un pergamino o diario, las notas de la criatura que aún se descubre al ver su reflejo en la vieja ciudad de Gu-Ast'Av Jun.
No suelo ser de los que encuentran descanso al dormir, en cambio , la noche siempre ha sabido darme un buen lugar entre sus engendros, cobijo en la oscuridad, sueños y pesadillas que me inspiren, la compañía del ser más allá del velo de la realidad.
Les he llamado de tantas formas y al final sé que son la fuente de mis deseos más poderosos, de añoranzas luminosas y sombrías, el engranaje de mis creaciones, la raíz de cada nueva silueta, la estridente fuerza, la significación de los caracteres…
Al abrir los ojos todo sigue aquí, cientos de miradas desde las sombras, saben que les veo…y sé que están ahí esperando por salir a jugar de nuevo.
Natanael
