viernes, 11 de marzo de 2011

Cuadro en azul


Despertó del sueño, y volteó a su alrededor.

Solo oscuridad y sombras, pero el sueño se alejaba.

Encendió la lámpara y volteó a ver la pared de su habitación.

De color azul, la pared no era mucho mas grande pequeña que el resto, sin embargo, libre de adornos, lámparas, libreros o estantes, solo había un cuadro de un muñeco que estaba en su propia habitación, totalmente invertida a la visión del niño, sin embargo, tan cercana a la realidad.
Solo habían pasado seis días desde su última pesadilla, cuando al final de toda  prueba con doctores, psicólogos del sueño y brujos, su abuelo lo había llevado a un bazar y habían encontrado aquel cuadro entre roperos, baúles y otras cosas. Era perfecto para su habitación.

El cuadro lo calmaba, lo dejaba dormir, sentía que ese personaje indefinido en el cuadro vigilaba su sueño desde el cuarto al otro lado de la pared.

Levantándose de su cama, se acercó al cuadro, y acercó su mano al cuadro, sintió la textura del marco, el vidrio frío conteniendo el cuadro, el traspasar de sus dedos a través.

Desconcertado por esto último, se alejo del cuadro, parecía que el muñeco en él también estaba despierto y el cuadro se mostraba más vivo.

Nuevamente posó la mano en el cuadro…la sensación del frio en el vidrio el sueño haciéndolo desvanecerse.
Abrió los ojos, como si hubiera despertado nuevamente. Estaba en la habitación, pero no era la suya, sentía el frio del cristal aún en los dedos, pero no era un muñeco lo que estaba si no él mismo.

¿Qué haces en mi habitación?- Escucho de una voz tras de sí mismo, volteó y vio al muñeco que lo observaba fijamente.

El muñeco despertó y se encontró en tinieblas. Presionó el interruptor y la luz regresó al lugar mientras Noche seguía afuera viéndolo todo.

Respiró profundamente y volteó a ver el cuadro con el niño que tanto le calmaba.

El cuadro estaba frente a él… pero el niño se había marchado.




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