Beso a una rana, de pronto ésta se convierte en bruja.
Ayudante, sirviente, amante.
La bruja me convierte en príncipe, tiempo después cabalgo
hacia el sur y llego al mar.
Abordo una embarcación, me vuelvo pirata.
Ha pasado el tiempo y me tuesto al sol, me seco y me convierto
en sal.
Caigo al agua y la corriente me arrastra a la orilla.
Construyen y destruyen castillos de arena, el viento me
aleja y me lleva a los desiertos.
Convertido en cristal, viajo hasta un vitral.
Por la fuerza de una bala de cañón, exploto en mil pedazos y
me levanta una niña en la calle.
Me cubre, me cambia y me vuelve espejo.
Le sonrió cada día hasta que de mí se olvida.
Tras el paso de años quedo embrujado y olvidado
Vivo en un bazar y paso
a manos de la bruja.
Ella recuerda el pasado y labra un marco alrededor del
espejo.
Por los días reflejo y por las noche respiro madera.
Danzas, cánticos y llamaradas.
Caigo de la mano de la bruja al fuego.
Abrazadora, la caricia me funde y me vuelve cenizas.
Soplado al viento, vuelvo a la vida y dejo de ser todo para
ser embrujo de luna.
La sombra toma cuerpo y me cubre como una manta.
Vuelvo a los brazos de la bruja.
Ungido, criatura, amante.
Cuentos para Noche
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